Happy B-day to me -Todos invitados o.O-

La corp capsule se revestía de globos este día, y es que era un día muy especial para mi. Mi madre había dado unas cincuenta vueltas desde la cocina hasta el patio para llevar los bocadillos, ella se había levantado muy temprano para que todos esos estuvieran listos. Los pisos flotantes de luces los había instalado papá temprano en la mañana, al igual que la bola de boliche y todos los juegos de luces; el había acabado rápido, por que como siempre el ya había planificado cómo hacerlo y se había pasado el resto del día leyendo el diario. Mientras tanto, yo... me encargaba que las mesas quedaran de maravillas con unas nuevas lámparas de luces led que vi en una tienda de baratijas y quedé encantada con ellas; eran el toque que faltaba – Listo. – ya había acabado de colocar manteles, cubre sillas y centros de mesas, admiraba todo lo hecho con ambas manos en la cintura, en símbolo de victoria, ¡Lo había logrado!, acababa de organizar mi primer fiesta. Las bebidas estaban bien refrigeradas en el freezer y la comida ya estaba terminándose de servir.  

– Bulma, querida, será una fiesta hermosa. – Comentó mi madre con aquel tono alegre y dulzón que siempre la había caracterizado. La abracé con fuerza, ella se quejó. – Hijita me partirás los huesos. – Dijo casi ahogada. Me aparté, siempre exageraba.  

– Lo siento. Me iré a cambiar. – Dije retirándome – Nos vemos papá – largué cuando pasé junto a él y como siempre el no se daría por enterado hasta bajar el diario y yo ya estuviera subiendo las escaleras. Esta noche podía ser lo que yo quisiera; había dicho mi madre y pensé que ¿por qué solo yo? ¿Por qué no todos? Por lo que la temática era disfrazarse de lo que se quisiera, yo me disfrazaría de coneja, pero antes debía darme una ducha.



Ya estaba lista y al parecer mis invitados también; el timbre no paraba de sonar y la puerta de abrir y cerrarse. Tras colocarme la vincha con las orejas de conejo baje las escaleras y salí al patio; encontrándome en primer lugar con las amistades mas cercanas; aun que la invitación era abierta y podían llegar todos aquellos que tuvieran el amigo de un amigo que quisiera ir. – ¡CHICXS! – Tanto tiempo sin verlos. – Sus trajes están geniales – Alabé sus elecciones tras separarme del abrazo, mientras me rogaban que dejara de apretarlos... La gente siempre exageraba sobre mi fuerza.  

Buena música sonaba y tras el ultimo rayo de luz ocultándose en el horizonte las luces de la fiesta se encendieron. El servicio de camareros desde hacía un buen rato no paraba de repartir bebidas y de pasada cale una. – Gracias – dije tras hacerlo y di un trago al ponche.

Como aún la trama donde descubre que su nombre es Nikugui no se ha llevado acabo, sigue siendo Bulma Brief, y ella cree que lo es. Es decir; cree que es humana y esta es la celebración de su cumpleaños, por lo que no la llamen Nikugui, si no, Bulma.
Como apenas vamos empezando todos los usuarios están invitados a la fiesta, no hay orden de post, así que a medida que se les vaya antojando pueden ir contestando xD
Es fiesta de disfraces, aviso por si les da flojera leer todo que es pura intro xD
PD: Espero que tenga éxito la fiesta. xD ya tendremos tiempo para las piñas (?)

Un nuevo había llegado a la fiesta; aun que pensé... muchos como él llegarían. Era una fiesta bastante pública. ¡Conocería gente nueva!. La sola idea me llenaba de emoción y me cargaba de energía. Desvié la vista del extraño a pedido de mis amistades. Les sonreí a estos y me excusé con ellos, no quería ser descortés con ningún invitado, así me viera obligada a sólo saludar a cada uno y pasar al siguiente, realmente no sabía cuanto impacto podía llegar a tener la fiesta. Esperaba que fuera memorable, para mi y para toda ciudad Oeste.  

Me acerqué al nuevo, no sin antes tomar una bandeja de bocadillos de arriba de una de las mesas. Debía admitir que ellos olían tan bien que deseaba devorármelos yo, allí mismo, en el mismísimo instante que los había tomado. Contrólate Bulma, no hagas el papel de cerda. Me dije intentando conservar el control sobre mi apetito voraz, el cual parecía nunca acabar.  

– ¡Bienvenido a la fiesta! – Le dije de manera animosa y simpática, extendiéndole la bandeja con bocadillos para que se sirviera a gusto. Tenía una apariencia fría y distante. No cualquiera se le hubiera animado arrimarse. Pero yo era Bulma Brief, yo no le temía a nada ni a nadie, mucho menos con los androides de seguridad de mi papá por ahí dando vueltas.  – ¡Tus vestimentas de Ninja son... tan... ¡Reales! – Alague sus vestiduras negras con una sonrisa amplia y un tono de voz positivo. – Soy Bulma. ¿Y tú? – Acoté sin saber si me conocía o no.  

– Olvidate de la timidez, sírvete todo lo que gustes. Aquí venimos a comer y relajarnos un rato. – Sumé tras observarlo por un instante y me coloqué a la altura tomando un par de bocadillos y comiéndolos con todo el autocontrol del cual era capaz de sostener. Vas bien Bulma, no la friegues ahora con tus ataques de porcino feroz.

Su vida como una policía la verdad es que ocasionalmente se volvía bastante pesada. Tener que capturar criminales se le hacía una tarea se podría decir que... aburrida. Más que nada por el hecho de que la mayoría utilizaban armas de fuego, cuando ella tenía que combatir mano a mano... Claro, que estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones, así que no era nada nuevo para ella; haciendo sus rondas, no pudo evitar notar que se estaba llevando una fiesta bastante pública en la central de la Capsule Corp. ¿Sería el cumpleaños de alguien de por allí? Hacía poco tiempo que Tomatta había llegado a esas "tierras" por así decirlo, así que aún no estaba acostumbrada a conocer las 'celebridades' de la tecnología, no como muchos otros hacían.

Sabía que esa corporación era la responsable de muchos avances tecnológicos actuales, pero no creía que fuesen capaces de hacer tal fiesta y que además no le negasen la entrada a nadie. Sin embargo, en la fiesta parecía haber muchísima gente... por lo que pudo suponer que realmente era alguien importante, o simplemente venían por la comida. Sin dudarlo, al sentir el aroma de la comida que emanaba desde allí, se fue acercando lentamente, tal vez con la excusa de que estaba viendo si todo estaba en orden. Ser policía a veces tenía sus ventajas, suelen decir.

— ¿Hola? — cuestionó sacándose el sombrero de policía. En esos momentos estaba vistiendo su uniforme. Una camisa de color beige, y una falda ajustada al cuerpo que llegaba un poco más arriba de las rodillas. Además de unos zapatos cómodos con un pequeño tacón para mantener cierta elegancia inclusive a la hora de trabajar; no estaba muy acostumbrada a ser una intrusa por así decirlo en fiestas ajenas, mucho menos con gente que no conocía. — ¡Feliz cumpleaños! ... Para quien los esté cumpliendo... — murmuró eso último con cierta desconfianza, como para tantear terreno a ver si alguien le recibía. Tenía en cuenta que había gente allí, por lo que tampoco es que fuesen a dejarle en puerta, o eso esperaba. — No quiero interrumpir nada, solo ... vengo a ver si todo está en orden. — agregó como excusa. No quería ser tomada como una metiche. Además, su atuendo de policía posiblemente le daría un poco de "razón" para estar por allí.

La nube vuela velos y ya se pueden ver las luces de la Capital del Oeste, sacude el radar y este se ve como si tuviera interferencia, esa es la razón por la que ahora va a casa de Bulma, su transporte ce acerca rápidamente pero se detiene casi de golpe cuando llega frente a la ventana de la habitación de Bulma y toca el vidrio – Bulma, abre Bulma – sigue tocando insistente pero nadie se asoma, osado como suele ser, abre la ventana que no tiene seguro por el nivel al que esta entra fácilmente y va dejando una marca café donde pisa, abre el baño de la habitación y no encuentra a nadie, deja otra marca en la perilla – ¿dónde estará? – deja el baño y va a la salida y deja otra marca en la perilla de la puerta del dormitorio – Bulma, Bulma, necesito tu ayuda – vaga por los pasillos y una empleada lo ve – niño, no puedes estar aquí, y menos así – lo toma por la mano y empieza a arrastrarlo – pero si solo quiero ver a Bulma – la mujer se detiene y le ve de pies a cabeza, y recuerda que abajo esta la fiesta de disfraces de la señorita en cuestión – ¿eres amigo de la señorita?, ¿estás perdido? – formulo sus dos pregunta mientras se agachaba para ponerse al nivel del chico que solo asiente en un inicio.

Si, vengo a verla, ¿sabes dónde está? – la joven empleada se le salta una venita de molestia porque el chico la trata tan particular, - “seguro es uno de esos amiguitos maleducados de la señorita, ¿pero porque anda todo sucio?” - chenquea sus dedos y entonces entiende algo a su manera - “ya sé, quiere decir que es uno de esos adinerados excéntricos que tratan de disfrazarse lo más realista posible, pero que disfraz más mugriento” - se queja en su mente y le sonríe de forma forzada – yo te llevare con la señorita – le toma la mano nuevamente y lo arrastra por los pasillos hasta dejarlo en la entrada frente a una multitud de desconocidos – aquí te dejo que tengo mucho que hacer, solo busca a la señorita, y niño, tu disfraz es muy original – le guiña el ojo como alagándolo mientras en su mente – “loco mugroso, las amistades de los adinerados de hoy no tienen nada de estilo” -  el chico solo la ve irse y pronto se voltea viendo el enorme salón rebosando de gente.

¿Y ahora como la encuentro? – piensa en usar su olfato pero entre tanta gente no la distingue y lo único que atrapa es el olor de la comida que casi lo hace flotar a las mesas, entre sus manos lleva el radar buen agarrado y la mugre que carga en su cuerpo se va quedando en alguno disfraces, termina por llegar a una mesa banquetera donde la comida no se ha tocado mucho – waaaa… comida – deja a un lado el radar y comienza a devorar la todo lo que tiene en frente hasta que otra empleada le da en las manos – muchachito sucio, el hecho de que la fiesta sea abierta al público no deja de ser inapropiada para gente así, al menos ve a lavar tus manos – la ve raro y piensa que ese día en cierto modo es muy malo porque todos lo regañan, no se mueve pero la mujer lo lleva al baño y lo obliga a lavarse las mano y la cara, cuando vuelve aun anda todo mugroso pero con la cara blanca y manos pulcras – ahora si puedes comer – la mujer le sonríe y le hace un además con la mano de que puede pasar a la mesa, no espera y vuelve a su trabajo devorando cuando encuentra sin fijarse en las miradas de los presentes.

Sobre el hombro observé a algunos invitados bailando, sentí deseos intensos de ir también pero tan pronto como oí la voz de aquel hombre delante de mi, le devolví la vista. – Ah yo pensé que... – Cerré la bocota, si seguía hablando solo lograría embarrar aún mas las cosas. – Gracias, haz acertado, yo soy la que cumple años. – Lucí una bonita sonrisa, tal vez así conseguiría que dejara de ser tan borde, pero aparentemente eso no era suficiente. Nadie se resistía a una de mis sonrisas, nunca... jamás. Entrecerré los ojos y le observé mientras comía. ¿Quién sería este tal?. Guardé silencio después que habló, estaba demasiado encapsulada en mis pensamientos como para escucharlo con claridad y ya luego no tenía oportunidad para saber que era lo que había dicho, pero continuaba ahí, parado, comiendo con su yo zen inquebrantable.


– ¡BULMA! – Grito una de mis amigas que me tomo por ambos hombros y me arrastró hacia el mas allá; o al menos así lo estaba sintiendo. Lejos quedó la figura del misterioso hombre vestido de negro que tenía un rostro tan peculiar y me resultaba incluso conocido, no podía olvidar su cola marrón. Era tan similar a la que había encontrado yo emergiendo sobre mi trasero hacía algunos días atrás y que casi me había dado un susto de muerte. Había sido tal el terror que sin querer le jale de mas y me la arranque. ¿No sería la única con aquella extraña mutación genética? Quizás debiera investigarlo, tal vez otro día quizá... – ¡BULMA! – Volvió a gritar y me sacó de mi frasco. – Mira, allá... La policía – Dijo con unos nervios que la desarmaban.


Voltee a ver y efectivamente había una agente de la policía en la fiesta. Pero a mis ojos parecía alguien agradable. – Están exagerando, es una fiesta de disfraces, chicas... – dije, no las quería dando vueltas como moscas con esos nervios que les comían hasta los huesos, no harían mas que empeorar las cosas, si acaso estaba en lo correcto, no habría de que preocuparse.  

Hablo con Juxhers, me le quedo viendo por un momento y una amiga me arrastra hacia atrás.
Me avisan que hay un agente de la policía en la fiesta, pero paso de ello.
Aun no logro visualizar a Goku entre tanta gente.

Esta aun en lo mejor de comer cuando escucha murmullos más fuertes que aunque no le preste atención lo hacen voltearse para ver a un tipo grande caminando hacia él, arranca un pedazo de carne del gran hueso que sostiene con su mano derecha mientras con la izquierda sostiene un trasto con caldo, mira para arriba al hombre que lo llama mocoso sin expresión de molestia, para él es de lo más normal ese trato, pero se sorprende de ver el radar en la mano del hombre de negro – ede buba – nota que no se le entiende nada y mejor traga lo que tiene en la boca y lo señala con el hueso aun con carne – es de Bulma, pero me lo presto para que encontrara la esfera de mi abuelito, ve a ver si me lo arregla, ¿la has visto? – como siempre habla de más termina por decir hasta lo que no le preguntan, mira fijo al hombre volviendo a arrancar un trozo de carne con los dientes mientras su escurridiza cola toma el radar y lo mete en el bolsillo de su traje.

Anda fallando mucho cando, por momentos pierdo la señal, sobre todo cuando vuelo en mi nube, así nunca encontrare la esfera de 4 estrellas – se traga el caldo en un rápido juego de garganta y respira hondo, coloca el traste en la mesa tomando en el mismo momento otra pieza con carne como la suya ofreciéndola al tipo altanero que tiene en frente – esta deliciosa, deberías probarla – casi que le mete el hueso a la boca cuando una empleada le arrebata aquella pieza alegando que así no se come mientras devuelve la carne a la mesa – ¿entonces regreso esto? – ya todo mordido y babeado – no salgas con tus malos chistes y termina de comer eso glotón – la empleada es una de las de la casa que ya lo había visto la vez anterior y a la que lo presentaron como amigo de la joven ama de la casa.

De acuerdo – ya conoce como habla ella pero si la joven se percata de algo de lo que el chico no por mala costumbre – ¿son padre e hijo? – pregunta al desconocido de negro – porque si es así necesita educarlo mejo… – Goku le jala del vestido interrumpiendo – ¿en serio se parece mucho a mí? – la mujer le asiente al muchacho que se le queda viendo al extraño al hombre– no lo sé, como que su pelo es más alborotado y yo soy más guapo – repite algunas palabras de sus amigos manteniendo el pulgar bajo el mentón – no digas locuras, los padres no se tienen que parecer en todo detalle, mírale la cara – señala impertinente al invitado al que no le han prestado gran atención en los últimos segundo – pero mi abuelito dijo que me encontró en las montañas y que no tengo papá – la chica ve roja como con odio a de enfrente – ¡que hombre más descarado, dejar a un niño tirado en la nada! – le miraba molesta hablando bajo a la par de Goku – y dijo que no traía ropa conmigo – la mujer abre la boca toda espantada – ¿¡ni siquiera ropa te puso el infeliz!? – el muchacho solo niega y lo demás que se dicen no es muy audible ya que la mujer había bajado la voz y los murmullos de los que están a su alrededor se vuelven más fuertes, ahora parece que solo la mujer habla mientras el chico asiente viéndola muy atento como si el hombre de negro no estuviera presente.

Yamcha salía del desierto con destino hacia Ciudad Oeste. Cualquiera que le conociera diría que está entrenando, pero en verdad había olvidado que era el cumpleaños de Bulma y no creyó que se lo tomara bien. Cuando llegó al lugar de la fiesta estaba jadeando de tanto correr y vio a Goku hablando con una señora.

-¡Hombre, hola!- Le dijo al niño y se agachó para verlo mejor debido a que él era más alto-¿Tú también has venido a la fiesta de Bulma? Si la ves, no le digas que acabo de llegar ¿OK? Será nuestro secreto- Le dijo y empezó a buscar a la chica con la mirada. Iba vestido con la ropa de ladrón con la que le conoció. Entre sus vistazos vio a un tipo igual a Goku, pero con un karategui negro, lo cuál le extrañó.

-Oye, Goku... Esto... ¿Tienes un tío o familiar tuyo en la fiesta? Es que hay alguien casi igual a ti cerca-Le preguntó al joven saiyan.

*Ya sé, iré a presentarme, pero no creí que tuviera más familia que su difunto abuelo*Se dijo para luego acercarse al hombre.

-Buenos días, yo soy Yamcha ¿Es tío o algún tipo de familia suya? Me llamo Yamcha y... Bueno, antes no, pero ahora somos buenos amigos, es un chico entrañable-Se presentó Yamcha a la versión oscura y adulta del pequeño.

Las criticas paran cuando Yamcha aparece, el llamado hace que ambos lo vean mientras la mujer se pone de pie ya que había estado acurrucada para hablar bien con el niño – con su permiso – hace una reverencia a ambos y se va dejando a los jóvenes solos, Goku se despide con la mano y un suave “adiós” y se queda viendo a su amigo mientras asiente a su petición y escuchaba lo que decía del tipo que se le parece – no sé, es un señor que de repente apareció preguntándome por el radar, le digo que es para las esferas del dragón, y que anda averiado – es lo único que se le ocurre responder, no tiene sospechar del ninja y apenas y ha notado que tienen cierto parentesco, pero ahora que Yamcha lo dice se detiene más en el rostro del hombre.

Se acerca junto con su amigo que ahora saluda al desconocido y le palpa las costillas para llamar su atención – yo también tengo mucha curiosidad, ¿conoce a mi padre? – la curiosidad esta que lo mata por culpa de aquella mujer y de Yamcha, su bien se le parece en gran detalle a él y más parece su padre que otro pariente, el despistado chico no se imagina las cosas más obvias y no sabiendo nada de que es de otra raza se pierde más fácilmente, pero si hay algo que noto y es la cola en la cintura del hombre, no es que no le parezca raro, pero aun piensa que es posible hayan humanos que si tienen ese otro miembro, diga lo que diga Bulma.

Acordándose de ella salta sobre los hombros de Yamcha y s alza para verla cerca de la entrada platicando con una oficial que se le hace conocida – encontré a Bulma, pero… primero quiero saber sobre mi familia – ve exigente al adulto esperando no tarde en responderles, la verdad tiene ansias de saber si tiene parientes aunque ya este acostumbrado a estar solo.

Las respuestas proporcionadas por aquel adulto no daban casi nada información, pero dejaban una cosa clara:No tenía relación con Goku.

-Disculpe por la molestia, pero tampoco es para ofendele- Le dijo al tipo de negro, pues no le había gustado el modo en el que había contestado-Mejor dejémosle, Goku, ahora recuerdo que tenía algo que decirte ¿Te gustaría una revancha en el desierto como aquellas veces?-Le preguntó al saiyan-Lo hiciste muy bien en el torneo y yo hice el ridículo, creo que podrías enseñarme mucho. últimamente Roshi está enfermo, asique no hemos podido entrar mucho ¿Que te parece? Tengo ganas de demostrarte mis nuevos poderes ¿Después de la fiesta? Bueno, luego hablamos, tengo que comprar el regalo de la cumpleañera- Se despidió,miró los alrededores y se alejó.

Dejé de prestarle atención a las escandalosas de mis amigas, y en cuanto encontre un hueco para huir de ellas, lo hice. La fiesta estaba teniendo mucho éxito, y aun que ello me alegraba, me estresaba el hecho de no poder encontrar a mis amitades, tales como Gokú. No sabía si le había llegado mi invitacion y la verdad era que si no estaba allí me apenaría mucho; yo sabía cuanto adoraba la comida.

– Permiso. – Dije apartando a alguien de mi camino para poder cruzar hacia el otro lado del jardín. – Permiso. – Otro mas... Así infinitamente hasta que me topé con un muchacho muy apuesto, el cual desconocía el nombre totalmente. – Hola. – hablé sin dudarlo, aun que la cara del joven parecía de sorpresa y no entendía completamente por qué, parecía estar de salida de la fiesta.

– ¿Ya te vas? ¿No te ha gustado mi fiesta? – Pregunté algo temerosa por la respuesta del joven. – Dale una oportunidad mas. – Dije tomandolo por el brazo y llevandolo hacia el centro de la fiesta nuevamente. – Y dime... ¿Como te llamas? – Sonreí de aquella forma, de esa a la que sabía nadie se resistía.

Me aparto de las amistades en busca de Gokú.
Me distraigo al encontrarme con Yamcha, hablo con él.

Yamcha se encontró a Bulma y esta le llevó en el centro de la fiesta. Lo que más le sorprendió es que no le reconociese.

-¿Que rayos? ¿No me recuerdas? ¡Soy yo, Yamcha, en el desierto! ¿No recuerdas cuando buscabas las bolas de dragón?-Su decepción no podía ser más grande ¿Que le pasaba a la chica? ¿O ya tenía otro novio?

-¡Puño del colmillo del lobo!- Exclamó poniendo la pose de pelea con la que hizo que le reconociese Goku.

"Espero que esto funcione" Se dijo el guerrero

Retrocede cuando su doble se inquieta pero le sigue viendo cuando nota que no los va a golpear, le sigue viendo atento hasta que deja salir un “¡waaaa…!” de sorpresa porque le parece que es una persona interesante y misteriosa, pero pronto se pone serio, si bien no es de los que se fija que le digan mocoso, sintió que aquel hombre ya estaba siendo demasiado grosero, pronto escucha a Yamcha y se olvida de todo lo anterior asintiendo a lo que le pregunta, su sonrisa se vuelve amplía hasta que habla del maestro Roshi, trata de preguntar pero su amigo sigue hablando como si tuviera cuerda; va a decir que está de acuerdo pero se queda con la palabra en la boca y la mano alzada como pidiendo la palabra, pero después de tanto parloteo le ve irse que a comprar un regalo. Suspira y ve aquel hombre que sin decir nada pasa por alto para seguir un olor agradable a un par de metros de su actual ubicación, comienza a comer helado bastante apurado y no tarda en ponerse azul con el pelo erizado hasta la cola, unas chicas que lo ven se compadecen de él dándole algo de sopa caliente que le cae muy bien, lo tratan como a un niño acariciándole la cabeza y se ven mucho más altas que él, si bien llevan ropas reveladoras es algo en lo que no se fija debido a su ingenuidad o inocencia, solo se queda tranquilo dejando que lo acaricien hasta que le toma de la cola, les ve curioso como alagan ese “complemento” hasta que les dice es real, entre risas le siguen la corriente y va a demostrarles que es real hasta que ve a Yamcha volver junto con Bulma pegada a su brazo.

Corre hacia ellos dejando atrás de el al tipo que se le parece, el tema ya se ha calmado así que va a felicitar a su amiga, además de pedirle le ayude con el rastreador, se detiene a un par de metros de ellos y la señala con un gesto de sorpresa, el aroma es el mismo que sintió cuando la conoció – TU ERES LA BULMA DE LA OTRA VEZ – grita en medio de la fiesta y varios le ven – TE CONOCÍ CUANDO HACIA PIPI – termina de arruinar la cosa llamando la atención de los presentes, el día en que la vio estaba distraído orinando hacia una roca cuando escucho el llamado de la chica, despistado se había dado vuelta y termino por orinarle los zapatos, la reprimenda y los zapes no faltaron, ni los chichotes en su cabeza, la joven se miraba perdida y su aroma no era el mismo, su nariz se lo decía, la actitud de la chica no era igual , al menos hasta donde recordaba y tampoco lo había reconocido, tuvo que explicarle algunas aventuras que tuvieron junto e incluso terno llevándola a casa, su madre había dicho que era pérdida de memoria, pero no estaba seguro de si era la original, ni ella lo sabe y solo le toca conocerla como a una nueva persona.

Las palabras de Goku  se le quedaron en la cabeza y respiró con fuerza. “Te conocí cuando hacia pipi” No lo podía evitar,  muy propio de Goku el dar la nota de aquella manera. Tuvo que esforzarse mucho para no reírse, después de todo era algo un poco ofensivo e inmaduro soltar una carcajada de eso, pero esos puntos eran lo mejor de aquel niño. A la vez  le daba la sensación de un poco de desconocimiento por parte del chico, pero no lo podía saber.
“Yo los conocí en el desierto, pero… ¿Cuándo se conocieron ellos?”Se preguntó”Debí de preguntárselo en algún momento ¿Por qué no entonces?
-Eh… Goku ¿Puedes dar más detalles de cómo conociste a  Bulma?-Le preguntó al saiyan-Tú que eres su amigo podrías decir unas palabras sobre ella-Le dijo a Goku y probó algún canapé quedándose muy pensativo sobre esta aparente amnesia de la chica.

-Por cierto, Bulma, tengo un recado que hacer volveré luego, no te preocupes, no tardo- Ahora sí, fue a comprar el regalo alejándose corriendo.

Es que veras… - mira a la chica seria y sabe con eso que no debe hablar mucho, pero no es necesario ya que ve que Yamcha se va nuevamente dejándolo con la palabra, infla los cachetes y ene se momento siente una mano en su hombro, se voltea a ver y mira al padre de Bulma que lo saluda – hola – responde y sabiendo que esa chica no es la misma Bulma que conoce le muestra al hombre el radar – ¿me lo podría arreglar? – el hombre no duda en dar un “si” y lleva al chico consigo dejando un rato a Bulma con sus amigas, entran al laboratorio y tras ellos la madre de la adolescente –Goku, es un gusto verte, dime, sabes porque Bulma ha estado tan extraña estos días? – bueno yo… - es que no reconoce a sus amigas, ni a su hermana, nada, y la he visto hasta mas fuerte – ¡aaaa! – y parece menos femenina últimamente, trata de hacer entrenamiento, es que acaso se unió a ustedes en la escuela del maestro ese – no puede entender ¿cómo es que se puede mantener una conversación con estas personas si no lo dejan hablar y cuando lo va a hacer salen corriendo?, suspira y al fin habla.

No sé, solo la encontré vagando, huele algo diferente pero es Bulma – es toda su gran explicación, la mujer se queda pensativa mientras el científico termina con lo suyo – listo Goku, ya está reparado – contento lo toma – gracias – el hombre le sonríe y Goku sale corriendo a la puerta – me despediré de Bulma – abre y escucha atrás un – quédate más tiempo si quieres, a ella le gustara – era la madre que como siempre no sabe lo que su hija quiere, Goku corre a la fiesta de nuevo y ya no la ver ni a Yamcha, así que comienza a caminar llamándolos - YAMCHAAAA, BULMAAAA…

Mientras tanto Yamcha fue a buscar una tienda de manualidades para el regalo. No tenía mucho dinero, pero la intención era más importante. Precisamente, en una plaza habían puestecillos con objetos hechos a mano y fue a echarle un vistazo. Habían llaveros, carteras hechas con cómics, colgantes, la mercancía estaba muy bien hecha, pero lo que más le fascinó, era una pulsera con trocitos muy bien pulidos y transparentes que parecían lágrimas. Solo le costó 10 zenis.

Regresó a la Capsule Corp y miró a la cumpleañera.

-Toma, un regalo-La chica que se lo vendió le había obsequiado una caja de regalo azul con una cinta amarillo pequeña y se lo dio.

-Bueno, ha sido una bonita fiesta, pero creo que tengo que irme-Dijo-¿Vamos a entrenar un poco, Goku?-Le preguntó al chico-Me gustaría que me enseñaras a hacer el kamehameha-Agregó.

Después de caminar un rato mira a Yamcha entregando el regalo, ahora que ya tiene preparado todo corre hacia ellos escuchando lo que dice de ir a entrenar - te conseguiré un regalo luego Bulma, nos veremos pronto – se despide con la mano y va hacia la puerta al lado de su amigo – empezaremos con lo básico, pero pensé que el maestro Roshi ya te habría enseñado algo de eso, ¿porque no estás en la kame house? – está bastante curioso porque hasta donde recuerda él maestro no es de los que dan descanso, lo más seguro es que su amigo se ha dado una fuga.

Si no vas a seguir entrenando con el puedes ir conmigo, pero igual me vendrá bien un entrenamiento en el desierto, y sobre lo de Bulma, creo que no es la Bulma que conocemos, no se quién es pero es buena chica – confiesa saliendo de la casa – nube voladoraaaaa – llama y esta viene parando frente a el – lo había olvidado, el maestro no quiere que la use – la nube se eleva flotando despacio como triste – ¿me llevaras en tu moto?, por cierto, ¿dónde está Puar? – mira a todos lados un poco curioso.

En ese preciso momento llega la empleada que lo conoce, le habla algo al oído y se devuelve corriendo al interior de la casa - me acaba de decir que Bulma quiere que volvamos, que entrenemos en la fiesta - no tiene idea de que planea la chica, pero no le parece mala idea, con tanta gente presente se sentirá como en el torneo de artes marciales y no es anda tímido para mostrar su arte al publico, así que regresa a la casa esperando que Yamcha no lo deje solo.