Nikugui ID

Nikugui posee un cuerpo esbelto, aun que a pesar de ello sus musculos están bastante marcados debido al fuerte entrenamiento al que se somete, y por ser, desde luego de una raza guerrera; resultando completamente natural su forma física. Su altura es de alrededor de 163 metros y su peso de al rededor de 54 kg. Sus cabellos son color indigo y al momento de la transformación legendaria estos se vuelven lila

Nikugui es un "volcán activo", que muchas veces desencadena la destrucción a su alrededor. Como todos los de su raza, está provista de un caracter fuerte y un gran orgullo que la mantienen en pie en una pelea, hasta en las peores condiciones. Su lema ha sido siempre "Ni un paso atrás", buscando constantemente superarse a si misma o morir.

A pesar de poseer un caracter capaz de intimidar al mismísimo diablo, una perseverancia gigante y un poder Legendario... Nikugui posee una debilidad, esta fue corrompida por los sentimientos y son estos los que la vuelven, en ocasiones, aún mas desequilibrada. Esto mismo ha labrado en ella una segunda personalidad que no suele mostrar con facilidad. Es capaz de sentir pena, dolor, impotencia y amor, dichos cuales suelen ser los verdaderos móviles a la toma de decisiones, por ellos mismos falto al orden y reglas de su propia raza; plantandole cara al mismisimo Rey Vegeta, lo cual casi le cuesta el exilio

Nikugui nace de la casta de clase alta. Sus padres fueron fuertes guerreros del ejercito Saiyan, pero el nivel de poder que la niña presentaba excedía los estereotipos. Sólo su espíritu de superación sería aún mas grande; nada, ni nadie podría contra él, esto se hizo evidente cuando su padre empezó a entrenarla a la corta edad de tres años.

Los comentarios sobre su exorbitante poder logró llegar a oídos del  Rey Vegeta, que pondría lo ojos encima de ella. Involucrandola luego en el entrenamiento de su propio hijo; el Príncipe Vegeta; con quien, en primer lugar, la diferencia de edad resultó una gran desventaja para la Saiyan, pero que pronto lograría equilibrarse. Ni-ku se perfeccionaba a conciencia con cada derrota a manos del Príncipe. Adoptando un estilo de combate mixto, muy innovador en la tierra de los Saiyans;  logrando mas adelante en determinadas ocasiones, hasta predecir el siguiente movimiento del enemigo y actuar sobre ello antes de que el golpe fuera ejecutado, pero esta cualidad no era suya; le había sido transmitida del Principe.

Cumplidos sus seis años, el duo fue encomendado para una importante misión a un planeta humanoide llamado Josane. En él comenzaron destruyendo en primer lugar los edificios estratégicos del planeta, eliminando toda fuerza protectora o líder político del planeta, una táctica innovadora, cuando la vieja costumbre de los de su raza era arrasar con todo a su paso sin importar que fuera primero y que después. Tras ello, comenzaron a destruirlo, creando un completo caos y con el, un grupo de mercenarios hicieron presencia y comenzaron a atacar a los infantes saiyans. La ira de Ni-Ku no tardó demasiado en salirse de control, potenciando su poder en los ataques. Los mercenarios, en su cantidad, estaban dando su pelea, pero fue cuando la Saiyan vio a uno de ellos causarle una herida al Príncipe y el olor de su sangre llegó hasta su nariz, que todo se salió de control.

El KI de la niña aumento a niveles desorbitantes, su pequeño cuerpo sufrió algunos cambios. Su cabello violeta se volvió líla y puntiagudo, su ki la rodeo en aquel mismo color. Ni-ku perdió el control de si misma y acabó con extrema violencia con los mercenarios que habían osado herir al Príncipe. Tras acabar con ellos, siguió por el resto del planeta, aquel estado de transformación duró apenas unos instantes, pero bastó para demostrar del terrible poder que era poseedora; pues ella era la Leyenda Saiyan.

El Principe Saiyan, quien fue el único testigo vivo de aquel acontecimiento, pero guardo absoluto silencio con respecto a lo ocurrido. Alegó frente a su padre que entre ambos habían destruído al planeta y vencido a los enemigos que se habían presentado en el. Probablemente porque no soportaría que todos los ojos se dirigieran hacia ella.

Aquella guerrera Legendaria tan poderosa, creció junto al Príncipe y conformaron desde su infancia un dúo inquebrantable, ella conocía perfectamente cual era su lugar y jamás intento opacar los logros de su líder natural, ella se encargaba de cubrir las espaldas del Príncipe en toda misión o guerra en la que fueran enviados. Los planes del Rey no sólo había formado un guerrero poderoso, si no dos y que además aseguraría que el segundo -hablando claramente de ella- no tuviera ningún tipo de "superioridad" con respecto a su hijo. Este, a diferencia de su padre, conocía la gran capacidad de su compañera y consideraba -en contadas oportunidades durante la niñez- en hacérselo saber a ella con simples y concisos elogios.

Más tarde, Ni-ku juraría la protección de su Príncipe dentro y fuera del campo de batalla. Siendo una de las pocas Saiyan femenina que llegara a tal cargo. Sin embargo, no siempre fue ella quien velaba por la seguridad del noble, en batalla mas de una vez Vegeta cubrió sus espaldas, hasta el día en que le salvara la vida en una de las guerras mas duras que habían disputado hasta entonces. La misma se desplegó en un planeta neutral, en contra de una raza conquistadora. El batallón fue formado íntegramente por guerreros excepcionales, en la cual Nikugui fue enviada exclusivamente para proteger al Príncipe Saiyajin.

La estrategia enemiga era hacerse con el líder de los Saiyan y así desestabilizar al resto de los guerreros y vencer al batallón. Con bajas de ambos bandos, esa lucha estaba destinada a durar días. Los contrincantes mantuvieron su plan de ataque, hasta descubrir que el único estorbo para acercarse al Príncipe Saiyan era la muchacha. Los enemigos decidieron dividir sus ataques en tres grupos, el grueso de los Saiyans, la joven y su Príncipe. Viéndose forzada a protegerse a si misma y cubrir la espalda de su líder, se abrió la oportunidad óptima para acabar con ella; puesto que el principal objetivo de Ni-ku era proteger a Vegeta, y su lealtad estaba por delante de su propia vida.

Nikugui libró al Joven Saiyan de un ataque a traición, azotando al enemigo con su propio cuerpo contra una quebrada que terminaría en derrumbe sobre ella. Ni-ku, saldría airosa de la defensa, pero seriga golpeada por la espalda y lanzada por un segundo enemigo al espacio, donde se la daba por muerta ante la ausencia de oxígeno. Para cuando pudo reaccionar y tomar fuerzas para regresar al planeta, era demasiado tarde, pero aquello no fue en lo absoluto un peso en su voluntad por regresar, moriría intentandolo, pero no rendida. Nikugui peleo por regresar al planeta, impulsandose con todas sus fuerzas a el, mientras su garganta comenzaba a torcerse en la necesidad de tomar una gota de oxigeno. Pero eso no provocó que se rindiera, con todas las fuerzas que le restaban continuó; hasta que su vista se nubló y su cuerpo la abandonó a la deriva en medio de la oscuridad del espacio...

Lentamente queda inconsciente pensando, únicamente, en regresar a la batalla, a cubrir las espaldas del Príncipe y con aquel pensamiento en la mente, pensó en sus ojos negros. Su sonrisa ladina. En los duros golpes recibidos de él en los entrenamientos y en los que ella le había propinado. En las malas circunstancias y en las mejores victorias. Las risas sádicas. Las de humor. Recordó el tono de su voz nombrándole, una y otra vez. Abrió por ultima vez los ojos visualizando no muy lejos de ella un destello, como una estrella, quizás era un sol... y entonces terminó de adormecerse.

Poco después despertó bajo una enérgica sacudida. Sintió un fuerte calor, como el de mil soles; pensó. Y encuanto abrió los ojos le vió. Era él. Con sus ojos negros profundos viendole fijamente muy de cerca, desvió la vista y se vió suspendida en aquel celeste infinito del cielo. Estaba viva, confundida, pero viva. Y viendo nuevamente a Vegeta, quien no paraba de zamarrearla, este le preguntó si estaba lista. Nikugui sonrió. Asintió y se soltó de su agarre y cayó a causa de la gravedad, pero solo ella conocía como forzarse a estar lista. Antes de correr peligro de colisión contra la tierra volvió a tomar vuelo, explotando su KI.

La batalla fue terminada cuando Vegeta arrancó la cabeza al líder de la raza contrincante, pero todos los guerreros fueron igualmente exterminados, tras darse por vencidos, a órdenes del Príncipe Saiyan, siendo aquella la forma de hacer justicia ante lo sucedido con Ni-ku.


Las cosas se pusieron extrañas para Nikugui despues de lo sucedido; no por estar al borde de la muerte, si no por el gesto de Vegeta en salvarla, poniendo en riesgo su propia vida. Ello encendió algo en ella; algo que debía estar apagado. Las noches venideras tras lo ocurrido no dejaba de repetir en su mente aquella escena. Hasta entonces no había considerado hacia su principe mas que una fuerte admiración, pero tras cada día después de ESE día, aquel sentimiento de admiración se torcia y retorcía, sus palabras, decisiones y hasta su fuerza. Luchaba contra ello mientras estaba despierta, pero cuando lograba conciliar el sueño... todo se iba de su control...

Nikugui comenzó a perder el control de si misma. Se había vuelto "rebelde", respondía a aquellas nuevas sensaciones que tenía con demasiada facilidad. El problema finalmente fue arrastrado hasta el campo de batalla, en los cuales no aportaba absolutamente nada, excepto cubrir las espaldas del Príncipe, solo si acaso hacia falta, de otra manera se aislaba en las alturas, ocultándose, intentando alejarse tanto como le fuera posible de Vegeta.

Su rebeldía llegaría finalmente a oídos del Rey, por boca de terceros, Vegeta jamás había hecho mención de los problemas que la guerrera presentaba en el campo de combate. Entre ellos existía un código, y no faltaría a él. Desconocía la causa por las cuales la guerrera actuaba de tal forma, pero esperaba que así como aquel problema había comenzado se acabara, aunque la ausencia de la guerrera significara perdida de efectividad en los ataques del batallón. A ojos de su padre el Rey Vegeta aquello era un acto de traición a la raza y una falta al deber encomendado de proteger al Príncipe. La condenó al calabozo, siendo la única forma de volver junto a los suyos recobrar la cordura.

Pero Nikugui no se sentía loca y probablemente no lo estaba. Y aunque pasar las horas encerrada en un calabozo en el cual sabía que podía huir en cuanto le placiera, permanecía allí, porque necesitaba estar alejada de todo lo que le evocaba algun sentimiento extraño.

Antes de partir a una nueva misión, Vegeta le hizo una visita, solo para remarcarle lo equivocada de estaba en abandonar lo que mejor hacía, y le compartió las coordenadas del lugar de batalla; esperando que tomara la decisión correcta. En aquel momento Nikugui no contestó a su clara invitación, él no comprendía lo que había estado ocurriendo con ella y en ella desde el día en que le había salvado la vida. Se sentía una idiota por haber encontrado sentimientos dentro de ella y eso le avergonzaba frente a él. Pero sentía de lo que estaba haciendo consigo misma, dejando aquel equipo que conformaba con él, más allá de las victorias, del frío placer que se sentía al vencer al enemigo, si no por el simple hecho de pasar aquel tiempo en su compañía, que consideraba sumamente valiosa. Su relación estaba mas llena de silencios que de palabras claras, pero se marcaba con los hechos, en los gestos, las miradas y hasta el propio Ki.  Por tal motivo su encaje en batalla resultaba tan perfecto, Vegeta no necesitaba gritarle órdenes, que incluso los enemigos oyeran, para que ella las entendiera, ella simplemente sabía lo que debía hacer con tan sólo verlo a los ojos, estudiar el panorama, y percibir el incremento o descenso de su Ki. Habían pasado tanto tiempo entrenando en la niñez, que pelear juntos era un arte el cual disfrutaba.

Tras salir de los calabozos, Vegeta y un puñado reducido de los mejores guerreros se adentrarían a una tierra inhóspita, habitada por criaturas sin razonamiento, simples bestias. Nikugui debía tomar una decisión en aquel momento; retirarse para siempre y ser exiliada del planeta o volver. Dejando a los guardias inconscientes, se dió a la fuga, robo una nave espacial y la guió con las coordenadas que Vegeta le había facilitado. Al llegar al planeta está se ocultó de la percepción del resto y se mantuvo antenta, estudiando aquel planeta oscuro, seco y sinuoso. Todo parecía estar tranquilo, el despliegue de las fuerzas había sido claramente un éxito y en apariencia llegarían brevemente a la entrada de la madriguera de aquella especie subterránea.

De la tierra emergió un extraño crujido, Y luego el silencio se volvió aún más desgarrador que el propio ruido. La tierra se abrió, luego una cortina de polvo se elevó y lo cubrió todo. Ni-ku perdio contacto visual con Vegeta y el resto del batallón, algo le olía mal... Realmente olía muy mal aquel lugar, de repente una bestia roja emergió de la polvareda, y luego más se asomaron, atacando sin ninguna condescendencia. La tierra continuaba crujiendo, temblando y desarmándose bajo los pies de los guerreros, provocando que algunos cayeran al infinito y fueran presas fáciles de las bestias, que los tomaban y se los comían como si fueran un simple canapé.

Nikugui observó a algunos guerreros abandonar el campo de batalla, haciendo que en su pecho ardiera algo que ya conocía bien; la rabia. Finalmente el Ki del Príncipe se destacó por encima de todos los demás, aún así su situación era dudosa y no deseaba interrumpir en un combate ganado. Nuevas cabezas emergieron y se hundieron en dirección donde se encontraba el Príncipe. No fue capaz de esperar mas, acumulando furia y Ki, descendió en picada. Era una bomba a punto de explotar. Esta aterrizó sobre la tierra con tal violencia que la misma cedió bajo sus pies, su sangre alcanzó el hervor y junto con un grito su poder Legendario hizo presencia como nunca antes. Nadie mataría al Príncipe Saiyan ante su presencia o sería solo sobre su cadaver.

Su onda de poder provoco una explosión a su alrededor que paralizo la batalla y abrió la nebulosa de polvo que las bestias levantaban con sus filosas extremidades al revolver la tierra. En vuelta por un aura de color lila brillante , sus cabellos se agitaron, volviéndose del mismo color, su masa muscular creció de forma bestial provocando que su propia piel ceda ante tal poder. El miedo a perder aquel que amaba, la rabia y el olor de su sangre la habían arrastrado al siguiente nivel, y en cuanto visualizo a la bestia que se acercaba a Vegeta, le tomó y azotó, con su pesado y crujiente cuerpo, al resto de sus hermanos. Para luego atacarles con una poderosa bola de poder indigo que provocó que volaran en miles de pedazos, convirtiéndose en unas bolas de carne y sangre que levantaron vuelo y cayeron como lluvia sobre los vivos y los muertos.

Tras ello el Saiyan Legendario volteo en dirección al Príncipe, le percibió con vida y simplemente la transformación se acabó. Nikugui cayó desde la altura en la que se encontraba ya inconsciente y azoto contra la tierra.

Al despertar se encontró rodeada del personal médico de su planeta. Algunos murmuraban lo increíble que resultaba que siguiera con vida después de lo que había ocurrido. Se despertó dentro de la cápsula de rehabilitación desorientada y adolorida. Su cuerpo poseía multiples cortes, producto de la transformación aun que ella desconocía el porqué, dado que perdía la razón en el momento en que se transformaba. Volteo en ambas direcciones, esperando encontrar a Vegeta en las capsulas de junto. Pero no estaba allí.

- ¿Sobrevivió? - Pensó preocupada, mientras veía através del vidrio, a los medicos hablar, no podía oír sus voces pero notó que llamaron a los soldados, que en cuanto aparecieron le echaron mala cara. Nikugui golpeo el vidrio varias veces hasta que este cedió, largando todo el líquido que la sostenía, antes de poder ponerse en pié, los guerreros intentaron detenerla pero esta los neutralizo con una facilidad que provocaba miedo, tomó sus vestimentas y salió de allí.

Afuera la comunidad se dividida entre los festejos de una victoria y murmullos en un segundo plano, escuchó su nombre y el del Príncipe.  Decía de ellos, que se habían vuelto la expectativa de un futuro reinado; algunos apostaban a una prosperidad increíble, otros declaraban que la influencia de la guerrera era sumamente negativa para el Príncipe, que ella lo corrompería, que no era una Saiyan digna para el Príncipe, que sus actitudes estaban fuera de la norma. Y al fin y al cabo, nadie comprendía los motivos por los cuales la guerrera había violado el mandato del Rey, alejándose del príncipe. Y había decidido destruir el calabozo, golpeado a los guardias, robado una nave y partido hacia la ubicación del planeta a conquistar... solo para cumplir con el deber que le habían encomendado

El festejo se fue convirtiendo en un silencio encuanto notaron su presencia. Poco a poco los guerreros y habitantes se fueron haciendo a un lado.  Vegeta que ya estaba allí desde antes, vestido con su ropa de gala le vió y se acercó. Ella atravesó la mitad del jardín con la vista de la multitud clavada en su nuca. Como si temieran que fuese hacer algo terrible.

Este le agradeció su gran esfuerzo, por haber salvado la misión... y su vida. La mirada de la guerrera era diferente. Ella quiso disculparse por algo que aún no hacía. Vegeta guardo silencio, pensando que tenía algo que decir, pero en cambio esta se acercó a él... mas de lo que ninguna otra Saiyan se habia acercado en toda su vida, y con las únicas intenciones de besarlo. Ya no era capaz de resistirse a tal impulso, ese instinto que se había despertado en ella el mismo día en que la había salvado.

Sin embargo, Nikugui no tuvo el valor de besarlo. Ella miro por encima del hombro del Príncipe Saiyan, y vió al Rey. Quien mando a los guardias a apresarla y esta con todo el poder con el cual ostentaba permitió que estos la inmovilizaran sin esfuerzo, obligandola arrodillarse frente a los pies del Príncipe. El principe intervino ante su padre por la vida de la guerrera y este accedió con la condicion que esta le demostrara su lealtad. Nikugui cumplió con el pedido del Rey y fue perdonada del exilio.

Mas tarde Ni-ku participaría de la guerra contra Frieza, siendo una pieza clave para ganar dicha batalla, aun que el Rey Vegeta fallece en manos del dictador, Vegeta y esta logran salir con vida, y es cuando retomaban regreso a su planeta natal que un salto de espacio tiempo toma ambas naves y las estrella en el planeta tierra del Universo Principal.

- Nikugui comienza siendo una contrincante digna para el joven Vegeta gracias a su capacidad de razonamiento, la cual va perdiendo en el transcurso de los años, a causa de las transformaciones y por los sentimientos que logran oscureserle la mente.
- Nikugui descubre estar enamorada del príncipe saiyan cuando este la salva de morir asfixiada en el espacio. Este se convierte en un punto sin retorno para la joven guerrera que descubre los sentimientos nobles, a pesar que con anterioridad percibía una gran admiración y respeto hacia Vegeta.
- Aunque posee un temperamento rabioso y rebelde se mantiene servil al, ahora, Rey de los saiyan a pesar de las disputas y peleas que ocurren entre ambos a causa del orgullo.